jueves, 1 de marzo de 2012

Campaña Mundial alerta sobre discriminación de género en la educación ante la ONU

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El informe evalúa los desafíos para la igualdad de género en la educación en el mundo, a través de datos, estudios de caso y resultados preliminares de una encuesta mundial sobre la discriminación de género en las escuelas
Foto: Archivo CLADE/Camilla Croso
El 29 de febrero, la Campaña Mundial por la Educación(CME) presentó el informe inédito ”Gender Discrimination in Education: The violation of rights of women and girls“ (“La Discriminación de Género en la Educación: Violación de los derechos de mujeres y niñas”) ante elComité sobre la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (CEDAW)El informe evalúa los desafíos para la igualdad de género en la educación en el mundo, a través de datos, estudios de caso y resultados preliminares de una encuesta mundial que está abierta hasta el mes de mayo, sobre la discriminación de género en las escuelas[cliquee aquí para participar].
Uno de los mensajes que la Campaña deseó comunicarle al Comité es la necesidad urgente de ponerle atención al tema de la brecha de género que todavía se debe superar para que se cumplan los derechos educativos de todas las niñas y mujeres: a pesar de que en los últimos años se incrementó el número de niñas y adolescentes en la escuela, no se debe creer por ello que se superó la discriminación y que los géneros tienen las mismas oportunidades educativas. Los datos de la Unesco (2011) señalan que el 53% del total de personas en edad escolar que no van a la escuela son del sexo femenino, lo que significa que hay todavía 6 millones de niñas que actualmente no estudian.
“El informe de la Campaña Mundial muestra que la discriminación y los estereotipos de género están fuertemente enraizados en los sistemas de educación. Nosotros debemos incidir por sistemas educativos que fomenten ampliamente la igualdad de género al conjunto de la sociedad”, afirma Camilla Croso, presidenta de la CME.
Según el informe, cuando uno observa más en detalle los contextos educativos, se percibe que es un error suponer que niños y niñas, hombres y mujeres tienen las mismas oportunidades. Aunque las tasas de matrícula se incrementaron, las niñas tienen mayor probabilidad de dejar la escuela antes de completar la primaria que los niños.
Más allá del acceso y permanencia en la escuela, la Campaña Mundial por la Educación manifestó gran preocupación por la violencia, abusos y explotación que muchas veces caracterizan la trayectoria educativa de niñas y mujeres. Asimismo, la reproducción de estereotipos de género en los materiales, currículo y en el ambiente escolar fue ampliamente destacada por el documento
Estas y otras formas de discriminación, que aún aparecen tímidamente en las estadísticas, son aspectos que se destacan en los resultados preliminares de la encuesta global promovida por la CME, y que hasta ahora contó con la participación de 509 estudiantes y 250 maestras/os, principalmente de América Latina y Asia [cliquee aquí para participar].
“Aunque los resultados sean preliminares, se percibe que este es un proceso capaz de no solamente informar sobre las discriminaciones de género en la educación, sino que de sensibilizar a las personas y movilizar para transformar realidades. Mientras responden a las preguntas, se reevalúan prácticas y experiencias, lo que demuestra el potencial de esta metodología de escucha”, comenta Camilla Croso.
Los resultados finales de la Consulta, que se finalizará en mayo, se presentarán en el segundo semestre de 2012. A continuación, algunas informaciones importantes sobre la discriminación de género en la educación:
  • Las niñas se sienten menos libres. Una de cada cinco estudiantes de secundaria que respondieron no se siente feliz por ser mujer; entre los estudiantes de secundaria del sexo masculino, solamente el 3% no se siente feliz por ser hombre. Los motivos indicados por las niñas insatisfechas son restricciones a su libertad, falta de oportunidades en comparación con los niños y fuertes sentimientos inseguridad o asedio.
  • Los estereotipos son determinantes. En general se espera que las niñas sean mejores en temas como idiomas, historia, arte y música, y que los niños sean mejores en deportes y tecnología. Estudiantes de ambos  géneros que respondieron a la encuesta piensan que los maestros son más inteligentes que las maestras y a ellas las consideran más afectuosas.
  • Maestras son más discriminadas. De acuerdo a las respuestas a la encuesta hasta el momento, la probabilidad de que una maestra sea víctima de discriminación es cuatro veces superior a la de un maestro.
  • Menos niñas acceden a la secundaria. En Bolivia, el 30% de las mujeres adultas no saben leer ni escribir, contra el 5% de los hombres. El 94% de las niñas están matriculadas en la educación primaria, pero únicamente el 69% están en la secundaria. En Pakistán, solamente 4 de cada 10 jóvenes mujeres de 15 años saben leer y escribir, contra el 70% de los hombres.
  • Las familias prefieren pagar por la educación de los niños. Los costos de la educación tienen impacto mayor sobre las niñas. Cuando las familias son obligadas a escoger entre quienes deben ir a la escuela, hijos o hijas, se les escoge a ellos. El dato sugiere que aún predomina la idea de que es más importante educar a los hombres y que las mujeres deben quedarse en casa cuidando a sus hermanos y haciendo tareas domésticas.
Según la UNESCO (2011), la no gratuidad deja a las niñas en desventaja, puesto  que las familias suelen invertir más recursos en los niños. Esto ocurre en países como Bangladesh y Camboya, en donde los incentivos financieros para la educación de niñas resultaron en incremento de las matrículas en la secundaria baja y demanda en la educación primaria.
La existencia de una escuela pública en la comunidad tiene impacto positivo en las tasas de matrícula de niñas en Pakistán, por ejemplo. En Guatemala, niñas indígenas de familias más vulnerables económicamente se matriculan en la escuela en un promedio de 1.2 años más tarde que las niñas de familias en mejor situación económica.
La falta de dinero y el trabajo doméstico son las principales razones citadas por los padres y madres para justificar que las niñas y mujeres indígenas no estén matriculadas en la escuela en Guatemala.
  • La discriminación de género es más fuerte en la zona rural. En India, ser niña en el campo es una desventaja. De acuerdo a la UNESCO (2011), apenas el 57% de las niñas campesinas de 12-14 años de grupos étnicos desfavorecidos y el 66% de las dalits están en la escuela, porcentaje inferior al promedio nacional del 80%.
  • El embarazo es factor de discriminación y también de expulsión. En la ciudad de El Alto, Bolivia, dos estudiantes embarazadas no lograron efectuar sus matrículas en el último año de secundaria en un primer momento y tuvieron que recurrir a la ley de educación para reafirmar su derecho. Sin embargo, optaron por cambiar de escuela en virtud del prejuicio y del trato hostil que recibieron de parte de la comunidad educativa.
  • Los casamientos precoces impiden que las niñas estudien. Armenia es uno de los países en que las niñas tradicionalmente se casan entre los 13 y los 16 años. A los 18, son consideradas demasiado viejas y discriminadas. Casadas, muchas no logran completar los estudios o entrar a la universidad.
  • Las niñas son las mayores víctimas de la violencia sexual en las escuelas. En Latinoamérica y el Caribe, Ecuador, Colombia y México divulgaron estudios recientes que muestran la gravedad de la situación y que afecta fuertemente las niñas:
Un estudio realizado por Child Defense International en Bolivia reveló que todos los días hay por lo menos 100 casos de violación sexual en las escuelas.
En la ciudad de Bogotá, por ejemplo, la violencia sexual creció en un 138% del 2004 al 2008. En Colombia, la Fiscalía recibió 542 denuncias por malos tratos y abusos sexuales cometidos en colegios públicos del país. A pesar del número elevado, solamente 32 casos tuvieron una resolución, o sea, cada 10 denuncias, sólo se soluciona el 1,5.
En la ciudad del México, del 2001 al 2010, hubo 3.242 denuncias en la Unidad para la Atención del Maltrato y Abuso Sexual Infantil (Uamasi). El 85,78% fueron cometidas por profesionales de la escuela –directores, profesores, administradores y empleados– y el 15% se refieren a abuso o asedio sexual.
Ecuador, declarado por el Banco Mundial como un país con una “grave crisis de violencia sexual en la población joven”, registra un abuso sexual en cada 4 estudiantes, mientras que uno en cada tres estudiantes conocía algún caso de éstos. Entre los agresores se encuentran principalmente profesores, compañeros de clase y vecinos.
Inmigrantes mujeres en su mayoría son más vulnerables por no tener documentos o por miedo a ser deportadas.
La encuesta estará abierta a la participación de estudiantes de primaria y secundaria y de maestras/os hasta el final de mayo. Para responderla, cliquee aqui.

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